30 enero, 2014

San Agustín Acasaguastlán

Sobre la carretera que conduce hacia el atlántico, a la altura del kilómetro noventa, se encuentra el desvío hacia uno de los tantos pueblos pintorescos con los que cuenta Guatemala. Se trata del municipio de San Agustín Acasaguastlán, perteneciente al departamento de El Progreso. 
El acceso hacia el corazón del mismo, se realiza mediante un camino de asfalto en perfectas condiciones, que en pocos minutos, le permite al visitante gozar de la calidez del clima y de su gente. 
La visita inicia en el parque central, custodiado por una gigantesca y frondosa ceiba, que en su calidad de símbolo patrio, exalta el orgullo de ser guatemalteco (imposible no sucumbir ante la tentación de descansar bajo su sombra). 
Domina el paisaje además, la imponente belleza de la iglesia católica del siglo XVI, sin duda, el más preciado tesoro de los lugareños, y a la vez, el motivo principal por el que llegan nacionales y extranjeros.
Altar mayor
De impecable fachada blanca (estilo barroco según los conocedores), el templo de San Agustín (nombrado así en honor al patrono de la localidad), es una construcción de tres cuerpos, entre los cuales se distribuyen tres campanarios y seis hornacinas (estas últimas vacías por cierto). 
Su interior de una sola nave con varias catacumbas incluidas, es un espacio donde se resguardan retablos chapeados en oro con imágenes de invaluable valor histórico y religioso, similares a las que se encuentran en la ciudad de Antigua Guatemala, por citar un ejemplo. 
Dada la trascendencia de dicho santuario en la historia del país, el centro recreativo Xetulul (en el departamento de Retalhuleu), decidió construir hace algunos años una réplica del mismo en la zona de ingreso conocida como plaza chapina.

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