20 julio, 2010

Castillo de San Felipe de Lara (video)

A principios del siglo XVI, la zona de río dulce, que conecta el lago de Izabal con el mar caribe, era frecuentemente invadida por embarcaciones piratas que tenían como objeto robar las mercancías que se comercializaban entre Guatemala y España.
Para contrarrestar las incursiones de tales vándalos, el Rey Felipe III autorizó en aquel entonces la construcción de una fortaleza en la unión entre el río y el lago, para que fungiera como medio de defensa y ataque.
En sus inicios, la construcción fue levantada como una torre de vigilancia que poco a poco y en medio de numerosos ataques que obligaban a realizar tareas de reconstrucción, se fue ampliando hasta darle forma al castillo.
En la actualidad, la torre más antigua que se conserva de este lugar, data del año 1604. La misma se conoce como torreón de Bustamante, que de hecho fue el nombre original del castillo, bautizado como San Felipe de Lara, hasta el año de 1,651.
A decir de algunos historiadores, la vida útil del castillo de San Felipe estuvo vinculada estrechamente a la comercialización y protección del añil, un producto de gran demanda en aquellos tiempos, pero que, paralelo a su decadencia, provocó también el abandono de la fortaleza, que hoy día, solo es un recuerdo de tiempos pasados.
La edificación cuenta con distintas áreas de vigilancia, dotadas de cañones que sin descanso a través de los siglos, continúan expectantes hacia el río y atrapados en su glorioso pasado. En el interior del recinto se pueden observar diferentes salas que en su momento funcionaron como prisión, así como una exposición de armería antigua.
Al departamento de Izabal, se llega tomando la carretera al atlántico, pasando por el Progreso y Zacapa. En el kilómetro 224, se debe tomar el cruce hacia la izquierda (si se sigue recto, se llega a Puerto Barrios). Este es el mismo camino que conduce hacia Tikal.
A la altura del kilómetro 245, aparece el puente de río dulce, quizá el más famoso de Guatemala, con una altura de 28 metros sobre el nivel del agua, y casi un kilómetro de largo.
Desde ese punto se accede al Castillo de San Felipe, lo cual se puede hacer de forma terrestre, o de forma acuática tomando una lancha que conduce de río dulce hacia el embarcadero del castillo en la boca del lago de Izabal (el más grande de Guatemala por cierto).
Esto último, además de ser un viaje fantástico, que permite apreciar y entrar en contacto pleno con la flora y fauna de los alrededores, revive la experiencia de los piratas que se condujeron por esa ruta hace más de 400 años.


1 comentario:

Carlos Alberto dijo...

Hola, Oscar.

Imagino que pasear en lancha por el Río Dulce, hacia el embarcadero del Castillo de San Felipe, debe ser una forma de viajar en el tiempo. Unos cuatrocientos años hacia atrás. Viajar en busca de los fantasmas duros, salvajes, despiadados, de esos piratas hambrientos de las mercancías que se comercializaban entre Guatemala y España.

Me pregunto qué fauna y qué flora hay en esa zona.

Nota: Muy bueno el video que acompaña. Sí, ahí están los viejos cañones que vieron tantos años de historia. Un día nos iremos nosotros, nos iremos para siempre, pero los cañones seguirán allí, recibiendo en tranquilo silencio a los turistas.

Un saludo.