25 abril, 2011

Jueves Santo en el Centro Histórico (Procesión de Candelaria)

Su tez morena de sangre criolla, sus labios a perpetuidad entreabiertos, sus ojos verdes, su mirada hacia el frente y su abnegación abrazando el pesado madero, describen al Nazareno de la Serena Mirada, que ha sido inspiración de artistas, músicos, pintores, artesanos y del pueblo guatemalteco, que cada Jueves Santo acude a recibir sus santas bendiciones, durante sus 17 horas de trayecto procesional.
Todo inicia cuando el reloj marca las 6:30am con las bellas notas de "la Granadera" que anuncian la salida del cortejo. A esas horas, ya son miles los devotos que esperan con ansias su paso por calles y avenidas del Centro Histórico de la ciudad capital.
Bellas marchas fúnebres le marcan el paso a los fieles cucuruchos que llevan sobre sus hombros, las andas con las imágenes del Nazareno y la Virgen de Dolores que tras salir del templo, enfilan hacia la Avenida Juan Chapín. A partir de ese punto, el asfalto se torna colorido, gracias a majestuosas alfombras que se extienden a lo largo de la peregrinación como si fuesen una sola.
Al frente del anda de Jesús, se lee: “Cantemos al Amor de los Amores” y es el preámbulo para descubrir en la misma, más allá de su belleza artística, pasajes bíblicos a través de imágenes que nos transmiten mensajes sobre la importancia de Dios en nuestras vidas..
“Cantemos al Amor de los Amores” es el nombre del himno Eucarístico que en ocasión de cumplir 100 años, se constituyó en el tema central que presentó el anda del Jueves Santo 2011.
Ornamentada con un estilo colonial, sobre la parte frontal se presenta un campanario similar al de la Parroquia y cuyas campanas nos recuerdan que cuando vamos al templo, debemos sentir júbilo pues nos vamos a encontrar con CRISTO VIVO en el sagrario. Seguidamente se observan los pequeños ángeles de Jesús con instrumentos musicales, que nos invitan a unir nuestras voces a los altares del coro Celestial, con todo nuestro ser.
Una fuente antigua simbolizando que vivir la Palabra de Dios nos refresca el alma, antecede la bellísima y Consagrada Imagen de Jesús Nazareno de Candelaria al centro, con túnica color Buganvilia bordada en hilos de oro en unas gradas de piedra también colonial. Complementan la escena tulipanes lilas y blancos que representan los colores de la pasión de Cristo Redentor, así como Ovejas que hacen referencia a nosotros los fieles adoradores, que debemos tener un corazón dispuesto siempre a BENDECIR AL SEÑOR.
En la parte posterior aparece una procesión Eucarística, bajo un Palio cargado por los Palestinos de la Asociación, que resguarda Una Custodia de rica orfebrería, confirmando que debemos adorar a Cristo Vivo, que ¡Dios está Aquí!. También se aprecian Jardineras con tulipanes amarillos en señal que Cristo murió, pero Resucitó y VIVE para siempre. Le sigue una baranda con enredaderas, su puerta entreabierta para que entremos y juntos demos ¡Gloria a Cristo Jesús!

La Santísima Virgen de Dolores
Acompaña al Nazareno, la santísima virgen. Su anda hace alusión al evangelio de San Juan, capítulo 19, versículo 26, donde Jesús agonizante, clavado en la cruz, baja sus apagados ojos y ve a su madre María y junto a ella a Juan, su discípulo amado y dirigiéndose a ella le dice: “MUJER, AHÍ TIENES A TU HIJO”.
María la madre de Dios hecho Hombre, ve agonizar con profundo dolor al hijo de sus entrañas, ve, como aquel a quien arrulló con inmensa felicidad en el pesebre de Belén, ahora se desangra por las profusas heridas causadas por sus verdugos. Jesús ya casi no respira, sus brazos clavados al madero se lo impiden y aún así le pide a su madre que cuide de San Juan. Así es como María se convierte en corredentora pues al perder a su único hijo se convierte en la madre de el, un joven de corazón puro y sincero y por ello, el discípulo más amado de Jesús y también se convierte en nuestra Madre. “MUJER, AHÍ TIENES A TU HIJO” es una expresión de Jesús que se extiende para toda la humanidad, pues Él quiere que nosotros también digamos a María “AHÍ ESTA NUESTRA MADRE”.
Como fieles católicos debemos amar a María, tenerla como nuestra mejor intercesora y pedirle siempre que nos proteja con su manto amoroso de todo mal y peligro, sobre todo en estos tiempos de tanta violencia y peligros.
Al frente de las andas, dos pequeños muros con teja inclinada que representan la casa de San Juan, seguidamente una mesa con su manto y luego un atril sobre el que va posándose un águila, ave con lo que se representa tan excelso evangelista.
Al centro, la bellísima imagen de la Santísima Virgen de Dolores que estrena Tunicela y Manto de color Buganvilia, bordados en hilos de oro, rodeada de tulipanes rojos, color que nos indica el inmenso dolor que solo ella, como madre de Dios pudo soportar durante los cruentos sucesos de la pasión de Jesús.
En la parte posterior, el monte Calvario o de la Calavera, lugar en donde se sella la Nueva y Eterna Alianza a través del sacrificio de Jesús y en dónde han quedado tres cruces: las de Dimas y Gestas, y la de Nuestro Señor Jesucristo que a El le dio la Muerte y a nosotros La Vida, hoy símbolo universal de Cristo Jesús.

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