El convite de los fieros (video)

El uno de noviembre, diferentes poblados de Guatemala, y en particular sus cementerios, son reconocidos a nivel nacional e internacional como lugares de encuentro entre vivos y muertos.
Ese día, en localidades como Santiago Sacatepéquez y Sumpango Sacatepéquez, se elevan al cielo gigantescos barriletes multicolores, que más allá de ser una figura decorativa, constituyen un enlace para que los seres que han partido hacia el más allá, desciendan a la tierra y compartan con sus seres queridos que aún no han sido llamados a la vida eterna.
Paralelo a la centenaria tradición de los barriletes gigantes, ese mismo día desde tempranas horas, el parque central del municipio de Villa Nueva comienza a colmarse de personajes sacados de la ciencia ficción, inspirados en las tareas diarias de la misma localidad, de los dibujos animados, de las series televisadas, del cine, y otros más que han tomado forma de la ocurrencia y creatividad propia de los guatemaltecos.
Todos tienen un objetivo común: Recorrer las calles y avenidas de la ciudad para alejar a los malos espíritus de una manera muy peculiar, amenizando diferentes comparsas que son celebradas por lugareños y visitantes que también se involucran de lleno en la festividad. De hecho, esta es una de esas celebraciones en las que da gusto bailar hasta con la misma muerte, que se torna amable, juguetona y llena de vida.
Así pues, a lo largo del día, por las calles de Villa Nueva caminan y bailan armoniosamente toda clase de ánimas como las leyendas de Guatemala (el sombrerón, la llorona, el cadejo, la siguanaba) que se mezclan con los tres chiflados, personajes de avatar, artesanos de la marimba, Shrek, drácula, el hombre lobo y un sinfín de disfrazados que entre la música en vivo del conjunto musical que acompaña el cortejo y las bebidas espirituosas como la Chicha, hacen que la palabra cansancio no exista. ¡Que bailen!, ¡Que bailen!, grita el público en cada esquina.
El recorrido se extiende hasta el cementerio, para luego retornar al final de la tarde hasta el punto de partida donde serán reconocidos los mejores atuendos con premios en efectivo.
Esta celebración, que a decir de sus organizadores cuenta con más de 200 años de tradición, es conocida como el convite de los fieros y fue congratulada como patrimonio cultural de la nación en el año 2005. Los más de 2,000 participantes que engalanaron la más reciente edición, son un testimonio fiel del arraigo que esta tradición tiene entre los vecinos de Villa Nueva, pero sobre todo, de un masivo y majestuoso espectáculo al aire libre que vale la pena disfrutar.