31 enero, 2011

Sitio arquelógico Takalik Abaj (video)

Doscientos kilómetros exactos, es la distancia que he recorrido desde la ciudad capital, cuando internado entre exuberante vegetación del municipio El Asintal, departamento de Retalhuleu, distingo un rótulo que me da la bienvenida al sitio arqueológico Takalik Abaj.
Desde el ingreso al parque, se divisa una maqueta que permite ir formando una idea de las dimensiones del complejo, que según me indican, se encuentra en los terrenos de la finca Santa Margarita, cuyo propietario, José Luis Ralda, donó 22 manzanas de las que solo se han explorado un 5%.
Para mi buena fortuna soy el único visitante que se ha acercado hasta esa hora al sitio, por lo que logro capturar la atención de don Bernabé, quien me acompaña como guía a lo largo del recorrido.
La platica con don Bernabé, inicia de mi parte con la pregunta de rigor sobre el significado de la palabra Takalik Abaj, a lo cual me responde: !piedra parada!. Según me indica, la misma proviene del vocablo K´iche´ “Tak'alik A'baj”, que de acuerdo con la ortografía de la Academia de Lenguas Mayas de Guatemala, es su forma correcta de escritura.
Su significado en español, se debe a que a lo largo y ancho del sitio, emergen de la tierra las puntas de innumerables monumentos soterrados, esculpidos hace cientos de siglos.
Aclarada la duda y acorde con las condiciones topográficas del terreno, nuestra conversación se va desarrollando cuesta arriba, entre monumento y monumento, entre preguntas y respuestas, para que al final pueda describir en mis propias palabras, lo que resumidamente es Takalik Abaj. Inicio así:
La historia de este legado arqueológico abarca 2 milenios, empezando desde los 1,000 a.C. (periodo preclásico temprano), hasta 1,000 d.C (postclásico tardío), intervalo de tiempo que lo hace contemporáneo de Kaminaljuyú, región con la que dicho sea de paso, mantuvo contactos comerciales.
A diferencia de este último, así como de otras ciudades como Tikal, Mixco Viejo e Iximché, por citar algunos ejemplos, los inicios de Takalik Abaj se vieron influenciados por la arquitectura propia de los Olmecas, cuyo núcleo se ha establecido en tierras mexicanas, adquiriendo posteriormente, influencias de la arquitectura Maya. En total, cuatro son los estilos de monumentos en el sitio: Maya, Olmeca, locales y Barrigones (estos últimos son monumentos fértiles).
Según los estudios, en toda Mesoamérica no hay evidencia de otro sitio donde se documente una fusión de ambas culturas como sucede en Takalik Abaj, hecho que revela la importancia del mismo.
Los trabajos de excavación que se mantiene a la fecha, han permitido descubrir dentro de todo el complejo, aproximadamente doce plazas sobre diez terrazas que incluyen 85 edificaciones, así como un sorprendente sistema de drenajes para evacuar el agua pluvial de dichas plazas.
Se pueden encontrar estructuras antropomorfas, así como diversos altares con estelas de considerable tamaño. Esto es un aspecto que le agrega más valor al sitio, pues considerando que no es una zona rocosa, los mayas tuvieron que diseñar un ingenioso sistema para el traslado de dicho material.
Aunque para muchos pasa desapercibido, en Takalik Abaj se revela el especial cuidado que los mayas pusieron a la hora de ubicar sus monumentos, pues tal aspecto encierra una relación especial con sus creencias y deidades. Así las cosas, dependiendo la dirección hacia la cual estén viendo los mismos, representan vida o muerte.
Según esta sorprendente cultura ancestral, todo lo que ve hacia el lado este, donde nace el sol, representa abundancia, fertilidad, larga vida; en tanto que, todo lo que ve hacia el lado oeste, donde el sol se oculta, significa el lado inframundo, la oscuridad, terminación del tiempo o terminación de la vida. Por lo tanto, los Mayas asignaban a ambos puntos cardinales significados de vida y muerte…. principio y final.
Cada una de las plazas construidas, encierra sus propios detalles. Al frente, o alrededor de las mismas, es común la presencia de distintos monumentos con forma de animales, que en su mayoría, actúan como celosos guardianes del lugar.
Entre todas las estructuras, la número doce es la que más monumentos exhibe en su frente. Una serpiente, un cocodrilo, un búho, una tortuga y un tigre (todos tallados en roca), hacen guardia permanente en el lugar.
Además de toda la riqueza arqueológica que encierra el sitio, es de resaltar el ambiente natural del bosque húmedo que envuelve al mismo y que constituye un refugio para diversas especies animales de la región. Algunas de estas especies se pueden observar en su hábitat natural, en tanto que otras son exhibidas en un pequeño zoológico dentro del lugar.  A continuación un video de mí autoría:

No hay comentarios: