La experiencia de vivir una procesión en La Antigua

Texto y fotos por: Claudia López
La ida a La Antigua esa noche, fue por invitación de una amiga que, como decimos en buen chapín, “es procesionera y media”. El arribo a la ciudad colonial, fue como a las 6:30 pm y de inmediato fuimos a buscar la procesión de El Nazareno de la Caída.
El camino en búsqueda del cortejo, nos llevó a encontrarnos con alfombras que lo dejan a uno maravillado. Es increíble pensar, cómo las manos de las personas que las hacen, transforman el aserrín en imágenes que expresan lo que sienten.
A pocos metros, el olor del incienso anunciaba el paso de Jesús y preparaba a los fieles para verlo en su expresión más impresionante para mí, ¡su tercera caída!. Creo que la más dura para levantarse de nuevo... pero lo hizo.... Que ejemplo, que lección nos da, y dada la casualidad de que fue cambio de turno unos metros atrás, sentí cómo si su mirada estaba sobre mí, sin poder dejar de verla, diciéndome muchas cosas con su dulce expresión. (!!!! ay !!! me vuelvo a emocionar al recordar)
Ver su rostro me movió el corazón, y lo hizo aún más, ver a la Virgen María siguiéndolo con esa misma expresión de dolor; un dolor de madre como muchas en la actualidad que sufren por sus hijos. Todo eso hace pensar y meditar sobre la vida. Lleva a reflexionar y querer intentar vivir un poco mejor (por lo menos para mi fue así). Imaginen, era la primera vez que iba a ver una procesión en La Antigua, maravillándome del arte y la devoción de los Antigueños al crear tan hermosas andas.
Fue emocionante caminar, caminar y caminar, en esas calles empedradas. Me pregunto: ¿cómo pueden cargar las mujeres usando zapato de tacón alto?...... es todo un reto. También fue emocionante, ver gente, gente y más gente, pero sobre todo, a los devotos cucuruchos que estaban desde la mañana, porque cargan no 1 turno, ni 2, sino hasta 3 ó 4, motivados por una penitencia u ofrecimiento (solo ellos sabrán). Todo, todo, se mezclo de manera perfecta, para hacer de esa visita a La Antigua !!ESPECIAL!! y sin duda, una aventura para contar a los nietos (pensando en que los tenga algún día).
Al final, aunque mi amiga y yo, estuvimos hasta pasadas las 10:30 pm con la intención de ver nuevamente el paso de la procesión, frente a la Iglesia de La Merced, ya no fue posible. Era tarde, y por lo mismo, hora de regresar a casa.