14 marzo, 2010

Volcán y laguna de Ipala

Ubicado entre los departamentos de Jutiapa y Chiquimula, con una altura de 1,493 metros sobre el nivel del mar, el volcán de Ipala constituye uno de los destinos turísticos naturales predilectos de la zona oriental guatemalteca.
Para todos aquellos amantes del montañismo y de la naturaleza en general, este paraje con 25 millones de años (joven, dicen los expertos), les resulta atractivo tanto por su fácil acceso, como por sus características topográficas, pero sobre todo, porque al llegar a la cima es posible apreciar la bella laguna que el volcán a guardado celosamente entre su cráter a través de los años.
El ascenso hacia la cima, resulta en una caminata agradable y rápida, con un tiempo aproximado de una hora y media, marcada por vestigios de actividad volcánica y miradores que ofrecen vistas espectaculares. Es un viaje que se puede hacer en un solo día, o bien en dos, ya que existen facilidades para acampar.

La laguna
Sin duda alguna, la mejor recompensa que se puede obtener tras el ascenso al Volcán de Ipala, es el privilegio de tener contacto visual y físico con la laguna que reposa en sobre su cráter y cuyo nombre, es el mismo del volcán: Ipala.
De acuerdo con expertos, tras una fuerte explosión, el cráter del coloso quedó vacío, por lo que la lluvia fue dando lugar a que se formara la laguna, la cual continúa siendo alimentada a la fecha, única y exclusivamente por dicho recurso hídrico.
El color de las aguas que alberga, depende de las condiciones climáticas. Me parece que cuando el cielo está azul, predomina dicho color, en tanto que, cuando está nublado, se ve de color verde, quizá, influenciada por el reflejo del frondoso bosque que la rodea.
Tanto el bosque como las aguas del cráter, forman un ecosistema que se convierte en el hábitat de diversa flora y fauna, por lo mismo y en aras de preservar el lugar, en 1998 la laguna y el bosque fueron declarados área protegida.
Lo anterior, lógicamente, hace que el acceso hacia ciertas zonas sea restringido, pero no al extremo que impida al turista disfrutar de su estadía en el lugar, para lo cual se cuenta con un sendero interpretativo y un área con facilidades para acampar.
El recorrido por el sendero lleva hacia un mirador que ofrece una panorámica completa de la laguna, desde el cual se dimensiona el tamaño, la belleza y el encanto de la misma.
La laguna tiene más de 3 kilómetros de diámetro y profundidades que alcanzan los 15 metros, medidas que originalmente eran superiores, pero debido a que desde hace algunos años se instalaron bombas que extraen agua para abastecer a los pueblos cercanos, el nivel ha bajado notablemente (dicen que un metro por año).
En atención a lo anterior, las autoridades responsables de su cuidado, han diseñado un plan que contempla el retiro de las bombas de agua y la creación de pozos en los pueblos circunvecinos ¡Bien por eso!.
El sendero, también constituye una caminata entre árboles, aves e historias. Esto último, producto de que ya para finalizar, se hace visible lo que se conoce como “la cueva de la leona”, donde supuestamente habitó algún día una hembra de dicha especie.
Acceder a la cueva requiere cierto grado de destreza y cuidado, pero para muchos es inevitable echarle un vistazo a la misma, como también lo es, la tentación de refrescarse en la laguna.
Llegar a Ipala desde la capital, requiere tomar la carretera que conduce hacia El Salvador, luego seguir hacia Jutiapa y posteriormente buscar el pueblo conocido como Agua Blanca. También se puede acceder tomando la ruta al atlántico y luego internarse por Chiquimula, sin embargo, este trayecto, aún no la he explorado.

2 comentarios:

Braian Juarez dijo...

q buena pagina,sigan viendola y busquen mas lugares turisticos de guate

CESAR CASTILLO dijo...

http://www.facebook.com/photo.php?fbid=10150597361091165&set=a.490201741164.266147.657421164&type=1&theater
NO MAS ETNOCENTRISMO TURISTICO.. GUATEMALA ES DIVERSA!!! GRACIAS BUENISIMA PAGINA