El reloj de flores

La ciudad de Guatemala tiene muchos puntos emblemáticos que adornan y engalanan sus diferentes zonas a toda hora. Justamente, esto es lo que hace “el reloj de flores”, una obra de arte que, tanto por su ubicación estratégica, como su autenticidad, ocupa un lugar privilegiado entre dichos puntos.
Esta obra, construida en el año de 1964, constituye la carátula de un reloj hecha de flores, con cierta inclinación hacia el norte, y sobre la cual deambulan tres agujas que marcan los segundos, los minutos y las horas.
El mismo está bordeado por una fuente y diversas plantas de tipo “bandera” de colores rojo y amarillo, que terminan de darle un mayor realce al entorno.
Es un jardín que literalmente, bien podría decirse que le da la hora a todo el mundo, pues, además de ser apreciado día a día por los peatones y automovilistas que circulan en los alrededores del bulevar liberación, tiene la cualidad de ser visible, para todo viajero, desde un avión en vuelo, pocos segundos antes de aterrizar en el aeropuerto La Aurora.
Es uno de los pocos relojes, que con seguridad, permite a muchos ver el paso del tiempo, de una manera más grata.
El acueducto: Contiguo al reloj de flores, se puede apreciar parte de lo que fue el pintoresco acueducto aéreo, que antaño atravesaba la ciudad de Guatemala para llevar el vital líquido a sus pobladores. Aunque hoy día, del mismo solo quedan vestigios que asoman en diferentes puntos de las zonas 13 y 14 con un carácter decorativo, en conjunto, representan un monumento histórico a una función social imprescindible.