07 noviembre, 2013

San Juan del Obispo

En el camino que conduce hacia el municipio de Santa María de Jesús, en las faldas del volcán de agua, se ubica la aldea de San Juan del Obispo. Un poblado cuya historia se encuentra unida a la de su majestuoso templo y convento católico de la época colonial.
Es un complejo arquitectónico construido en el siglo XVI por el Obispo Francisco Marroquín, quién lo utilizó como su residencia de descanso, y en honor al cual se le dio nombre al pueblo.
Según se dice, la construcción de la obra fue facilitada por el conquistador de Guatemala, Pedro de Alvarado, como un homenaje a la labor del religioso, y a la amistad que los unía.
Desde el exterior el templo luce modesto y menos imponente en relación con otros contemporáneos que se ubican en la Ciudad de Antigua Guatemala, sin embargo, en su interior alberga una valiosa colección de pinturas, imágenes y retablos con finos acabados en oro.
Es una iglesia de una sola nave con columnas de madera que sostienen un cielo falso del mismo material.  Al fondo de la misma, sobresale su hermoso altar mayor  dotado de un brillo espectacular que resplandece junto al hermoso sagrario.
Hoy en día, las instalaciones del convento, además de ser utilizadas como sede de una congregación de monjas, albergan también un museo que muestra la vida y obra de quien fue el primer obispo de Guatemala.

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