¿Se volvió abstemio Maximón?

Como muchos saben, Maximón representa una figura detrás de la cual se esconde un personaje altamente enigmático, al que se le rinde culto, mayoritariamente por personas de raza indígena quienes lo llaman “el abuelo”.
Yo tuve la oportunidad de visitarlo una vez en el municipio de Santiago Atitlán y aunque la entrada a la casa donde pernoctaba esos días me causó cierto escalofrío, no fue tanto, comparado con lo que se siente y se ve cuando visité al que radica en San Andrés Itzapa, Chimaltenango, o bien, en Zunil, otro lugar también famoso.
Según he leído, el nombre de Maximón tiene su origen en la palabra formada por los vocablos max (tabaco, en maya) y Simón, pues muchos lo conocen también como San Simón.
Dado su nombre, no es extraño el por qué siempre se le ve siendo sujeto de ofrendas como el cigarro y el licor, como tampoco me extraña haberlo econtrado durante muchos años en la barra de un famoso antro de La Antigua Guatemala que me gusta visitar. Para muchos, una forma más amigable de ver, conocer, e incluso convivir con este oscuro personaje 100% guatemalteco.
Allí está él, callado, sentado sobre un banco, vestido elegante y típicamente chapín, siempre dispuesto a aceptar un cigarro y un trago por parte de cualquiera que se lo ofrezca (créanme, muchos lo hacen). Es el único sin necesidad de tener que ir constantemente al baño y también el único al que no le piden que se vaya con la ley seca a la una de la mañana.
Una figura tan obvia dentro del lugar y tan parte del mismo, como para que su ausencia pasara desapercibida, en una visita que realicé con unos amigos en el mes de abril del año pasado por esos rumbos.
Como era lógico y dada una interrogante que ameritaba una respuesta, consulté al Bartender sobre la ausencia de Maximón. Su explicación fue que por esos días estaba de manteles largos (cumpleaños pues) y dada la devoción del dueño del lugar, había decidido llevárselo a su casa para engalanarlo y homenajearlo.
Desde esa fecha, los días se han convertido en semanas y las semanas en meses, cumpliéndose ya casi un año, sin que el pequeño banco de madera en el rincón de la barra sea ocupado por quien ha sido su propietario durante muchos años. Esto me ha llevado a preguntarme ¿se volvió abstemio Maximón?