03 septiembre, 2007

Orgullosamente de la tierra del maíz

Serie natural y cultural
Hace un par de semanas, recibí la invitación de un amigo de Chimaltenango para que junto a otras personas celebráramos una fogata e hiciéramos camping en un terreno cercano a Los Aposentos.
Dentro del menú se incluía platos típicamente guatemaltecos como los famosos tamales, chiles rellenos, chuchitos, tortillas y frijolitos; algo muy común dirían muchos, pero no tanto cuando también se le agregan ¡elotes asados al pie de la mata!, cosa que despertó aún más mi interés por atender la invitación.
Como muchos saben, el elote, también conocido como mazorca de maíz, se cultiva desde hace siglos en diversas zonas de América, con énfasis en Mesoamérica
Desde nuestros ancestros los mayas, hasta la fecha, el elote al igual que el fríjol, constituye un componente primordial en la dieta de muchos pueblos indígenas, lo cuales forman la población mayoritaria del país y lo utilizan para hacer atole y tortillas entre otros derivados.
Investigando un poquito más sobre el tema, me encontré que los elotes contienen luteína y zeaxantina que son miembros de la familia de los carotenos, lo que significa que ayudan a combatir enfermedades del corazón y cáncer. Así mismo, me enteré que la luteína y la zeaxantina actúan como antioxidantes protegiendo un área del ojo llamada mácula, sin la cual no podríamos enfocar la visión para leer, manejar, etc. Esta parte tan importante de la vista es la que se va degenerando con los años causando ceguera en la vejez.
Ahora si que como decimos en buen chapín ¿cómo les quedó el ojo?.
En fin, aunque no todos atendieron la invitación y yo ni sabía de todas esas propiedades y bondades que les acabo de contar sobre el elote, allí estaba felizmente entre las matas, con el riesgo de que me apareciera no se ni que animal nocturno, escogiendo el mío para llevarlo directamente a la parrilla y tostarlo.
Según me explicó uno de los lugareños, y después de varios intentos en los que corté “olotes” (mazorca de maíz sin granos) el que tenía entre mis manos era del tipo Don Marshall (espero haberlo escrito bien).
Aunque no hay receta en particular, a muchos les gusta con limón y sal, otros lo comen con mantequilla o asado al natural. Igualmente se comen cocidos, preparados con Ketchup, Mayonesa y Queso (elotes locos).
Además de haber sido una nueva y bonita experiencia, me permitió conocer sobre las propiedades del elote, pero sobre todo sentirme orgullosamente de la tierra del maíz.

No hay comentarios: