24 abril, 2007

Playa Monterrico (Santa Rosa)

Serie natural

Primero que todo debo decir que nunca he sido muy amigo del mar, sin embargo dentro de las pocas veces que he visitado alguna playa, no hay duda que Monterrico me parece un buen destino. Esto es quizá porque a la fecha todavía es un lugar relativamente poco explorado (bueno, exceptuando días de semana santa).
Dejando atrás esos días de la semana mayor en los que la playa se ve atiborrada
de gente, decidí ir a darme una vuelta para darle un vistazo de cerca al mar y de paso saludar a doña Thelma como cariñosamente le he dicho a la abuela de mi mejor amigo (Rodrigo) y propietaria del hotel El Delfín. La buena parte de llegar ya pasado el trajín del feriado, fue que tuve la playa casi solo para mi, sin pasar por alto, la amena conversación con la abuela y el placer de disfrutar de su deliciosa cocina que tuvo como plato principal un exquisito pez sierra.
El atardecer, fue como siempre todo un espectáculo de la
naturaleza, sin embargo, una ola gigante interrumpió la escena por un momento y puso en apuros a uno que otro veraneante que tenía sus objetos sobre la arena, e incluso, fue motivo de susto para un trío de perros playeros que también contemplaban la caída del sol.
Ubicada en el departamento de Santa Rosa, en la costa pacífica de Guatemala,
esta es una playa de arena negra, donde destaca lo limpia, segura y económica de la misma; ingredientes que naturalmente resultan muy atractivos para el turista extranjero.
Tengo entendido que dentro de los destinos que recomiendan
las representaciones diplomáticas de Guatemala en el extranjero, Monterrico ocupa un lugar preferencial.
Por eso mismo es que resulta muy común ver gran cantidad de backpackers por el lugar, muchos de ellos con varias semanas de estadía.
Lamentablemente, lo poco desarrollado del área en referencia con la infraestructura y otros servicios, ha motivado que El Salvador “nos coma el mandado” y se enfoque en un turismo más lujoso.
La visita hacia este lugar, yo la he realizado en automóvil, tomando la autopista
que conduce a puerto quetzal y luego con rumbo a Iztapa, este incluye un tramo de terraceria como de un kilómetro que conduce al canal de chiquimulilla luego se aborda una lancha que en cosa de 5 minutos lo lleva a uno con todo y carro al otro lado. A partir de allí inicia un nuevo recorrido de aproximadamente una media hora por una carretera en buen estado, pero bastante estrecha, con muchos túmulos y curvas, por lo que recomiendo prudencia al volante.
Me han contado que la otra forma de llegar, es por el lado de Taxisco. Este recorrido según me han dicho, resulta muy atractivo, pues mientras se disfruta del viaje en ferry, también se disfruta de la espectacular vista de manglares, hogar de variada flora y fauna.

Puente
Por cierto, que bueno que ya están construyendo el puente que atraviesa el canal de chiquimulilla. Ojalá logren terminarlo, pues como es año electoral uno nunca sabe. Además de agilizar el tránsito vehicular y generar más desarrollo económico, social y turístico para el lugar, también será una forma de terminar con el monopolio del ferry que ha existido por años.

22 abril, 2007

Haciendo una alformbra de aserrín

Serie cultural y colonial
Hacer una alfombra de esas de aserrín o de otro material como las que se ven durante la semana santa, no es una tarea facil.

Paso 1: Se riega la calle con agua
Paso 2: Se coloca una capa de aserrín hasta que se nivele la superficie

Paso 3: Inician las tareas de diseño

Paso 4: Se colocan los moldes

Paso 5: se rellenan los moldes de acuerdo con el diseño original

Paso 6: Fin de la alfombra

13 abril, 2007

Alfombras de Guatemala: Fe, colorido y creatividad

Serie cultural
El derroche de fe y cristiandad por parte de los guatemaltecos durante la semana santa, tiene muchas formas de expresión. Además de la asistencia a los centros de religiosidad y la participación activa como espectador o cucurucho en una procesión, también se suma la creatividad y el colorido que cientos de familias devotas imprimen en las alfombras que adornan el paso de las procesiones.
Estas son una viva manifestación de la cultura guatemalteca, heredada de la época de la conquista y en donde sobresale el trabajo en equipo de las personas que participan en la elaboración de las mismas.

Origen
Según tengo entendido, el origen de esta tradición se remonta a la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, momento durante el cual las personas que lo recibieron, extendieron a su paso mantos y palmas. Adelantándonos un poco en los años y ubicándonos propiamente en Guatemala, se tiene conocimiento de que la costumbre de la elaboración de las alfombras fue traída desde España por los conquistadores y en particular, por los monjes franciscanos encargados de la evangelización.
En la región de España, uno de los lugares más famosos para la elaboración de las alfombras, era la ciudad de Tenerife, lugar de nacimiento del Santo Hermano Pedro, cuyos restos descansan en la iglesia de San Francisco el Grande.



En armonía y paso a paso
Detrás de la elaboración de las alfombras, además de un esfuerzo colectivo, hay toda una logística que incluye múltiples pasos desde la obtención de los materiales para su elaboración, hasta la confección de la misma.
El proceso mismo, inicia con la compra del aserrín, sigue el proceso de teñido y posteriormente, la elaboración de los moldes (he visto de madera y de cartón). Ya con los materiales listos, el siguiente paso consiste en cerrar la calle o avenida y si es necesario, reforzar la iluminación, pues si bien es cierto, algunas se hacen aisladamente, otros se extienden por cuadras que involucran familias, amigos y vecindarios completos.
Luego de echar un poco de agua sobre la calle, se riegan grandes cantidades de aserrín en su estado natural, para que sirva de base al diseño final. La cantidad a ser utilizada, depende en gran medida de las condiciones de la superficie donde se hará la alfombra. Por ejemplo: a diferencia de las que se elaboran en la capital o camino a Jocotenango, las de La Antigua requieren un mayor espesor, debido a la irregularidad que provoca el empedrado y la inclinación de las calles.
En la mayoría de los casos, dentro de lo que pude ver y platicar, algunas familias ocuparon alrededor de 12 horas (desde jueves 8pm, hasta viernes 8am), para finalizar una alfombra de aproximadamente 12 x 5 mts, con la participación de 6 personas promedio. Claro, esto solo es un ejemplo, porque todo depende del nivel de detalles, así como de la experiencia de los involucrados y en donde, naturalmente, la participación de niños se hace celosamente bajo la tutoría de los adultos.
Es importante adicionar que las personas que elaboran las alfombras, deben sortear toda clase de malabares en donde sobresale el ingenio para hacer cualquier modificación o trabajo sobre la misma, sin dañarla.
Una vez finalizada, se sigue regando con agua, para evitar las dificultades propias del viento sobre el aserrín. Con eso, solo resta esperar el momento más culminante: El paso de la procesión.

Muestra fotográfica en miniatura (Presione encima para ampliar)

08 abril, 2007

Jesús de La Merced

Serie colonial y cultural
Esta es la imagen de Jesús de la Merced y de la santísima virgen, que el viernes santo recorrieron las calles de la ciudad de Antigua Guatemala. Al igual que cada año, en un derroche de fe, miles de fieles hicieron presencia desde temprana hora para contemplar el cortejo procesional.
Cinco en punto de la mañana, fue la hora en la que el anda asomó en las afueras del atrio de la iglesia de la Merced, para que en los hombros de miles de
cucuruchos y al ritmo de las marchas fúnebres, fuera llevada por distintos sectores de la ciudad de las perpetuas rosas en un recorrido que finaliza a las dos y media de la tarde (media hora antes de la muerte de Jesucristo).
Entre el aroma del incienso que por ratos se perdía con los de las ventas callejeras en las afueras del atrio, lo cual naturalmente también es parte del folclor guatemalteco, niños, jóvenes y adultos saludaban el paso de la procesión, la cual minutos más tarde enfiló hacia la calle ancha, uno de los lugares más famosos de Antigua, tanto por la fe de sus habitantes, como por la creatividad y
la belleza de las alfombras de aserrín que se elaboran en el lugar.
A eso de las nueve de la mañana, la procesión pasó nuevamente enfrente de la iglesia de donde había partido para adentrarse de lleno por calles y avenidas de la ciudad colonial. Ese fue justamente el momento en que aproveché para tomar las fotografías.