18 octubre, 2010

La catedral de Antigua Guatemala

Frente al parque central de La Antigua Guatemala, se impone la belleza de la Catedral de dicha localidad, cuya historia se remonta al año de 1,527 en el valle de Almolonga. Su fachada y el interior de la misma (incluyendo tanto sus ruinas, como el área en uso), dan una idea de las enormes dimensiones de este templo católico durante la época en que lució su mayor esplendor.
El santuario fue devastado la noche de septiembre de 1,541 por un torrente de lodo que descendió de las laderas del volcán de agua (Hunapú). Posterior a ese suceso, la sede de la Catedral fue trasladada al Valle de Panchoy (Hoy, La Antigua Guatemala). El proceso de construcción estuvo marcado por la presencia de sismos, que interrumpieron su inauguración hasta el año 1,680.
Llega el año de 1,717 y el templo vuelve a sufrir los daños propiciados por un terremoto (fenómeno que siempre ha acompañado la historia de Guatemala). En esa oportunidad, el movimiento telúrico generó la pérdida de la cúpula de la capilla real, que posteriormente se reconstruyó con menor altura.
En 1,773 un nuevo sismo sacude la catedral, dejando inutilizable el edificio, circunstancia que obliga al traslado de la sede episcopal a la Nueva Guatemala de la Asunción.
Después de otros inconvenientes sufridos, en el siglo XIX es erigida en la ciudad de Antigua Guatemala la parroquia del señor de San José (nombre con el que se le conoce actualmente a la catedral). Tras varias vicisitudes ocasionadas por repetidos terremotos, sobre todo el de 1976 y que ocasionaron serios daños a la estructura, nuevos trabajos de reconstrucción son puestos en marcha en 1,977, mismos que continúan a la fecha.
La parte donde actualmente se celebran los oficios religiosos, constituye solamente una ala del santuario, que bajo su estructura, resguarda enormes criptas abiertas al público.
En su interior se puede apreciar su bello y resplandeciente retablo dorado, así como diversas imágenes coloniales, ante las cuales se postran los fieles católicos.
Su construcción esconde ciertas peculiaridades, como la facilidad que existe para establecer comunicación entre dos personas, que se ubican pegadas a la pared, en esquinas opuestas de algunas salas. Recuerdo haber escuchado una vez la explicación, de que esa era la modalidad bajo la cual los devotos se confesaban ante los sacerdotes.

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